Diseño
Día Mundial del Sueño: La cama española de todos los futbolistas

El segmento de las camas artesanales tiene un nuevo competidor. Hogo crea una burbuja que aísla de los campos electromagnéticos y, según un estudio de la Universidad Complutense, reduce la edad biológica. Algunos deportistas de élite la usan.
Decía Calderón de la Barca que la vida es sueño. Sin embargo, cada noche nos arrojamos a los brazos de la cama, cerramos los ojos y nos entregamos a encontrar un descanso satisfactorio. No siempre con éxito.
La necesidad de descansar martilleaba a Marino Cid (Madrid, 4 de enero de 1982). Estaba en la veintena y no conseguía conciliar el sueño. Cuando lo hacía no desconectaba lo suficiente y empezaba los días sin fuerza y con molestias en el cuerpo hasta que, «después de probar todo tipo de camas y colchones, di con un sistema que afortunadamente me cambió la vida». Cuenta el madrileño que, después de probar las camas Hogo, fabricadas artesanalmente en Granada, se levantaba «no sólo descansado, sino con laspilas cargadas. A tope para empezar el día». Su flechazo fue tal que después de instalarlas en su casa, adquirió la patente y se alió con Juan Alfaro para, juntos, dar a conocer a todo el mundo este sistema nacido para ser «la próxima revolución en el descanso«, tal como se jacta Cid.
Para completar la experiencia de un sueño reparador, cuando se adquiere un sistema de descanso Hogo, el cliente recibe un juego de sábanas blancas confeccionadas en algodón egipcio certificado, que garantiza la suavidad y la durabilidad del tejido. Se confeccionan también en Granada y están valoradas en 2.000 euros.
Hogo es el soporte perfecto para entregarse a los brazos de Morfeo, pero hay más. Las personas que descansan en esta cama, rejuvenecen. Así lo avala un estudio realizado a 30 voluntarios en el departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid, que ha demostrado que este sistema de descanso ralentiza la edad de envejecimiento y disminuye la edad biológica de las personas en una media de 15 años. «Los resultados del estudio son realmente positivos y alentadores. Los datos demuestran que, sin necesidad de hacer grandes modificaciones en el estilo de vida, es posible tener una mayor longevidad saludable«, explica la catedrática Mónica de la Fuente, que ha liderado el estudio. ¿Cómo es esto posible? «Esta mejora en la calidad del sueño, que se extiende a la calidad de vida, se consigue protegiendo el cuerpo de la nociva contaminación electromagnética y ofrece para el descanso un espacio libre de emisiones, químicos y componentes artificiales», detalla Marino, en cuyo DNI se refleja que ha nacido en 1982, pero, por el efecto de la cama, hoy su edad biológica corresponde a 1993.
Su tecnología «con una fórmula secreta que sólo conocen dos personas en el mundo», como matiza Cid, «está formada por una malla de grafito y plata que rodea la cama y se conecta a una toma de tierra generando una burbuja natural con la que se ayuda al organismo a eliminar la contaminación electromagnética acumulada durante el día a la vez que le aísla de ella. Somos la tecnología antitecnología, queremos que por la noche se vuelva al modo de descanso natural».
Dispositivos como las líneas eléctricas, teléfonos móviles, wifi, bluetooth, Internet sin cables y otras fuentes de exposición generan entornos con contaminación electromagnética en nuestros hogares, un factor que influye de forma silenciosa y deja muchas veces secuelas en nuestra salud. «El uso de aparatos que aumentan nuestra exposición a campos electromagnéticos se ha magnificado de manera exponencial. La mayoría de los estudios destaca una relación entre dichos campos y el riesgo de muchas patologías. Además esa exposición puede producir alteraciones en la reproducción, en el sueño y generar fatiga y malestar general. La exposición que tenemos diariamente a los campos electromagnéticos supone un aspecto científico que, aunque poco investigado, podría explicar en parte la pérdida de salud y el envejecimiento acelerado que experimentan muchas personas», argumenta De la Fuente.
En Hogo garantizan tener la solución para ese problema, al menos durante el momento de descanso, que se basa en las capas de grafito y plata de los colchones. «Cuando el cliente adquiere uno, se realiza un test de radiofrecuencia en la habitación. El aparato es sensible ante las señales electromagnéticas. Pero cuando se acerca el medidor a la cama, se silencia, porque no encuentra nada. Este sistema de descanso es como una burbuja», cuenta Juan Alfaro sobre este método de descanso que se recomienda instalar con la cabeza en el norte, según los principios del feng shui.
Garantía
Madera de haya, lana merina, fibra de coco, cashmere y algodón orgánico son algunos de los materiales que se usan, cuyas partes se ensamblan a mano.
[fuente original: expansion.com]